Siempre me han dicho que las grandes expectativas llevan a grandes decepciones. Quizá esperaba más del último álbum de Coldplay, Ghost Stories, publicado en mayo de 2014. Esperaba algo diferente a lo que estoy acostumbrado y al principio me decepcionó. Soy un gran Coldplay fan y poseo todos los álbumes. Recuerdo cuando salió Parachutes; de hecho, tenía cintas de mezclas de la radio con "Yellow". De lo que no me di cuenta cuando lo escuché por primera vez fue de que este álbum trata de un viaje diferente. Tuve que volver a probar Ghost Stories para darme cuenta de lo que era y de lo brillante que es. Catorce años después de Parachutes, Coldplay ofrece un álbum repleto de emoción. Chris Martin es un genio cuando se trata de calmar nuestras almas con su voz. Es capaz de llevarnos a otra realidad, de arreglar nuestras angustias, de extraviar nuestras mentes durante la duración del álbum sin dudarlo.
Los fans y los críticos tienen sentimientos encontrados sobre este álbum, pero creo que no nos damos cuenta de que, personalmente, Martin ha estado luchando contra sus propios problemas con la separación de Gwyneth Paltrow. Viajamos con él en un viaje de angustia. Este álbum incorpora sus dolores. Sus sufrimientos. Así que sí, puede que sea un poco más sombrío que la alegría excesivamente colorida de Mylo Xyloto. Pero grupos como Coldplay tienen originalidad a pesar de su falta de "pelusa". Su capacidad para tener un sonido exclusivo y a la vez crear un álbum diferente a lo que han hecho en los últimos 14 años es singular. Ghost Stories es una faceta diferente de Coldplay que nunca habíamos visto antes, pero que sigue recordando a su verdadera naturaleza, que sigue siendo absolutamente impresionante.
Guy Berryman, Will Champion, Chris Martin, Jonny Buckland
Estas baladas siguen estando llenas de la elegancia caprichosa que creo que caracteriza a Coldplay. Con productores como Timbaland y Avicii conseguimos una música llena de emoción. En temas como "True Love", sientes el sabor de Timbaland; el sutil boxeo de ritmos mezclado con un toque de batería dirigido por Will Champion, y los gritos de una elaborada orquesta, todo ello envuelto con la ternura de la voz de Martin: "I've lost you now, You Let Me Go, But One Last Time, Tell me you love me, if you don't, then lie...". Sientes el crescendo de la guitarra en lo más profundo de tu alma. Es la fuerza tanto en la letra como en la instrumentación. Jonny Buckland y Guy Berryman tienen una gran técnica con la guitarra y el bajo. Es envolvente. Lo que hace tan grande a Coldplay es que, en la yuxtaposición de tantos elementos, sus álbumes nunca suenan abrumadores. Todavía hay canciones optimistas como Skies Full of Stars, producida por Timbaland y Avicii, en la que primero experimentamos una encantadora introducción instrumental de piano, influencias EDM en la mezcla, que va creciendo lentamente, y ¡bam! obtenemos una explosión de creatividad y un sonido animado que palpita a través de las ondas; sería difícil que los oyentes no asintieran con la cabeza al ritmo.
Así que este álbum no es exactamente lo que esperabas. Esa es la belleza de Coldplay. Nos trajeron un álbum que probablemente fue difícil de crear con belleza en el dolor. Por eso siguen haciendo buena música catorce años después de su primer álbum de estudio. Así que, puede que no sea feliz, puede que te de un poco de bajón que este álbum te esté dando bajón. O muy posiblemente, este podría ser un álbum para facilitar en un momento difícil. Coldplay mantiene a los über fans como yo felices y contentos. No hay trucos llamativos en Ghost Stories. Es un álbum de conquista. Tú contra el corazón. Tú ganas.
