Taylor Hawkins (1972-2022): Gracias por los recuerdos épicos

Taylor Hawkins

"HAWKINS!!!"

Así se dirigía Dave Grohl al batería de su banda, Taylor Hawkins, en el escenario. Como si tener que subir el volumen hasta el once sólo para hablar con el hombre detrás del kit formara parte del tejido de su relación. Y así era. Cuando piensas en Foo FightersSi piensas en un sonido ecléctico derivado de las influencias combinadas del fandom adolescente. Es el sonido de un grupo de chicos cuyos pósters de Kiss y Ramones no eran sólo adornos de su infancia. Eran el equivalente a las vidrieras de una iglesia que denotan la iconografía de sus dioses musicales. 

Cuando Taylor Hawkins se unió a Foo Fighters en 1997, parecía que se había completado la pieza que faltaba en el puzzle. Es cierto que los dos primeros lanzamientos de los Foo Foo Fighters y El color y la formapublicados en 1995 y 1997, respectivamente, cosecharon un gran éxito. De estos álbumes nacieron temas emblemáticos como Big Me, Everlongy Llave inglesa antes de que Hawkins se uniera a la banda.

Sin embargo, cuando se unió a la banda, uno podría pensar que Dave Grohl lo había creado en un laboratorio a partir de su propio ADN. Cualquiera que tuviera las agallas para ser el batería de la banda liderada por el ex batería de Nirvana siempre iba a tener que ser algo especial.  

De entrada, la pasión de Hawkins por su oficio se hizo evidente en una banda en la que la pasión es mucho más importante que la perfección. Su idolatría por Stuart Copeland de La Policía era evidente en sus rellenos. Su amor por el rock n roll era evidente en cada actuación en directo, que destilaba toda la emoción de un niño cuyos sueños de que el día de Navidad fuera todos los días se habían hecho realidad. Esto estuvo presente desde el primer día y lo sigue estando un cuarto de siglo después. Nunca ha sido un artista que se limitara a improvisar. En lugar de eso, era la mano derecha de Dave Grohl, con quien a menudo intercambiaba los papeles en el escenario y mostraba una voz impresionantemente parecida a la de Freddy Mercury durante los sets. 
 

Dave Grohl and Taylor Hawkins

Mi primer concierto de Foo Fighters

Vi a Foo Fighters por primera vez en 2015 en el Milton Keynes Bowl, Reino Unido. Fue la primera vez que conocí de primera mano el magnífico talento de Taylor Hawkins. Ocurrió durante las secuelas de la infame rotura de pierna de Dave Grohl y el consiguiente "trono de guitarra" que se había traído de gira para poder sentarse durante las actuaciones. Sin embargo, durante el concierto, a sólo dos canciones de Llave inglesa estaba bailando como si no tuviera una pierna escayolada. El ambiente era de fiesta, con un Wildman detrás de la batería que mantenía el ritmo.

A mitad de la actuación, nos obsequiaron con un par de invitados especiales. Roger Taylor, de Reina y John Paul Jones de Led Zeppelin subieron al escenario mientras Hawkins se hacía cargo de la voz principal para una interpretación de la icónica colaboración entre Queen y David Bowie. Bajo presión. Es un recuerdo que espero que nunca se me olvide, ya que, a día de hoy, me pregunto... ¿realmente ocurrió?  

Decir que su voz era impresionante sería quedarse corto. Por derecho propio, la carrera de Taylor Hawkins como cantante podría haber ido más allá de estar al frente de su trabajo en solitario como Taylor Hawkins y The Coattail Riders. Pero la batería siempre fue su pasión número uno, y si alguna vez veías su trabajo, eso era siempre muy evidente. Además, era un ser humano extraordinario. Su contagioso amor por la música trascendió no sólo épocas musicales, sino también géneros.  
 
El mundo parece tener hoy un dios del rock menos. Cincuenta años es demasiado joven para que alguien fallezca. Sigue la lamentable racha de pérdidas de bateristas emblemáticos que hemos vivido con Neil Peart (Rush), Charlie Watts (Los Rolling Stones), y Joey Jordison (Slipknot), todos ellos fallecidos en los últimos años. Taylor Hawkins murió mientras estaba de gira, y aunque eso no quita la solemne sensación de perder a un padre y marido muy querido, reconforta saber que se fue haciendo aquello para lo que sintió que había nacido: viajar por el mundo tocando rock n roll para millones de personas.

No parece plausible presenciar un concierto de Foo Fighters sin Taylor Hawkins, y lo que ocurra con la banda en el futuro está por ver. Deja tras de sí un legado asombroso y ha participado en la creación e interpretación de algunas de las mejores canciones de rock de la historia. No se puede subestimar su contribución a la música, y vivirá para siempre como uno de los mejores baterías que el mundo haya visto jamás. Gracias por los recuerdos.  Gracias, Taylor Hawkins.

Descanse en paz Taylor Hawkins (1972-2022)
Dave Grohl and Taylor Hawkins hugging

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